A finales del siglo XV es importante resaltar el protagonismo que tenía el Puerto de Sevilla, ya que fue el nexo conector con todos los océanos en el descubrimiento del Nuevo Mundo y, posteriormente, lo sería en el siglo XVI con la primera circunnavegación, cuando se ampliaron los horizontes geográficos de la era moderna.
En esta época, la ciudad de Sevilla también se convirtió en el corazón del mundo y en el centro mercantil de Occidente. Fue en este momento cuando el puerto tuvo un papel muy importante, siendo punto de llegada de muchas mercancías, ilustres personajes, conocimientos y técnicas desconocidas que pronto se instalarían en la capital hispalense y que serían parte de la actividad económica generada en la zona del Arenal, en donde se encontraban las Reales Atarazanas, los astilleros más antiguos de España que datan de 1252 y que se encargaron de la puesta a punto de las cinco naos antes de zarpar.
La capital hispalense era en un lugar de tránsito de comerciantes, navegantes y pícaros que llegaban al viejo puerto de Sevilla, el actual paseo de Marqués de Contadero, para buscar una oportunidad. Junto a este, también tuvo relevancia el Muelle de las Mulas, que estaba situado en la actual Plaza de Cuba, frente a la Torre del Oro, y que sería el punto de salida de la expedición.
En definitiva, la ciudad se convirtió en todo un hervidero económico y social que se desarrollaría durante todo el siglo XVI y que sería clave durante el paso de Magallanes y Elcano por Sevilla antes de su partida. De hecho, hay una ruta de Magallanes-Elcano en donde tienes la posibilidad de revivir el inicio de esta gesta universal a través de un itinerario cultural y turístico con 15 escenarios que fueron claves en la gestación de la expedición.
